Invertir en tiempos de crisis

Aunque momentos de crisis como el que atraviesa actualmente buena parte del mundo puedan parecer totalmente inoportunos para mover el capital, lo cierto es que nunca tiene porqué ser una decisión negativa invertir dinero -por pequeña que sea la cantidad- si se sabe cómo y se tienen en cuenta las debidas precauciones.

Exposición al riesgo

No cabe duda que invertir y arriesgar son dos verbos que siempre van de la mano, al fin y al cabo por buenos y exhaustivos que sean los análisis en ningún caso suponen un ejercicio de predicción del futuro cien por cien fiable, aunque un trabajo bien hecho en este aspecto ayude mucho al inversor. Así que lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de invertir es que se debe arriesgar sólo dinero que se pueda perder y, si realiza trading mediante un bróker online, tenga en cuenta que las posiciones abiertas estarán apalancadas, lo que aportará un extra de riesgo importante a la inversión.

Lo segundo es conocer el mercado en el que se está invirtiendo. Por ejemplo, uno de los mercados más populares que se utilizan al realizar trading online es el forex, muy probablemente porque mueve diariamente un volumen de billones de dólares y también porque la materia prima de este mercado, las divisas nacionales, se encuentra en los bolsillos de toda la ciudadanía, y los términos que afectan al valor de estos activos como puede ser la inflación los entiende toda aquella persona que realice compras del día a día aunque sea sólo porque lo nota al pagar la cesta de la compra. De hecho, en gran medida muchos ciudadanos de todo el mundo ya invierten en monedas fuertes como el dólar o el euro, ya que cuando un argentino acude a las casas de cambio para cambiar pesos por dólares está invirtiendo sus ahorros de moneda nacional en una moneda en la cual se confía para hacer crecer o al menos mantener estable el valor de sus ahorros.

Tercero, protéjase frente a la inevitable incertidumbre. Y estas protecciones van desde, en relación al trading online, utilizar plataformas de trading que protejan frente al saldo negativo -esto significa que en ningún caso debido al apalancamiento las operaciones fallidas terminen resultando en que el trader pierda más dinero del que decida depositar en la plataforma- hasta en general diversificar la cartera de inversiones, por ejemplo con una exposición relativamente baja a activos extremadamente volátiles como pueden ser las criptomonedas y resguardando parte del capital en valores probadamente seguros como el oro, el cual todavía es el valor refugio por excelencia.

Adicionalmente se debe mantener un saludable porcentaje de liquidez para aprovechar oportunidades de inversión o apagar fuegos en caso de que el mercado nos niegue su favor.

Revolución tecnológica y el futuro de la economía

 Se notará que en los párrafos anteriores se ha mencionado de forma recurrente la incertidumbre y la volatilidad, y es que estos son ciertamente dos factores muy a tener en cuenta para todo inversor, más aún si se considera la velocidad a la que avanza la tecnología, un elemento que puede tener un impacto en la economía mayor y más duradero que crisis como la actual, ya que más tarde o más temprano todas las crisis se superan, pero los avances tecnológicos suelen ser para siempre y además muchas veces son imprevistos, tanto en su aparición como en el alcance de sus efectos a la hora de transformar sociedades y sistemas económicos.

Y esto requiere un esfuerzo adicional por parte del inversor, ya que para proteger el capital frente al influjo del avance tecnológico no vale con mantener inversiones en empresas como Apple, Microsoft o Amazon, ya que no son pocos los casos en los que una empresa que ha dominado con puño de hierro un determinado sector tecnológico lustros después ha caído en picado, alcanzada y superada por rivales más pequeños pero con ambición, que a su vez después se han visto superados por otras empresas más humildes pero con hambre de comerse el mundo.

En definitiva, invertir requiere de un interés por el mundo que nos rodea, ya que dormirse en los laureles no es una opción sensata para aquellos que quieren ver como su capital crece o al menos mantiene su valor a lo largo del tiempo.